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Observo a través de la cámara, respiro profundo, dejo que entre la luz y disparo… y no dejo de hacerlo hasta que aparece la imagen perfecta, la que representa ese lugar y ese momento que me quiero llevar y compartir. Porque cuando la vuelva a ver, me recodará con toda seguridad, que los lugares a los que vamos siempre dejarán una huella en nosotros.
Hoy daremos un recorrido por la historia, pues desde el mismo momento de su aparición, la polémica sobre si la fotografía es un arte acompañó al nuevo medio a lo largo de todos los tiempos.
El arte está presente en la fotografía desde sus primeras manifestaciones, pero la reivindicación de que se considerase a la fotografía como una nueva manifestación artística a la altura de la pintura, el grabado o la escultura, llegaría con la aparición de la corriente fotográfica conocida como pictorialismo.
«Los fotógrafos del pictorialismo se definen como artistas en la línea de las teorías del romanticismo propias del siglo XIX, destacando la sensibilidad e inspiración de los autores y otorgando un papel secundario a la técnica.»
El pictorialismo promovió el reconocimiento de la fotografía como un arte y reivindicó para ella, una consideración similar a la que gozaban la pintura o la escultura. No todos los artistas pensaban lo mismo: en 1862 una veintena de pintores, entre los cuales estaba Ingres, firmaron en París un manifiesto protestando contra la asimilación de la fotografía al arte. Consideraban que, en todo caso, el nuevo invento debía servir para divulgar las obras de los grandes artistas pero negaban a la fotografía las propiedades del arte, una teoría que había sido adelantada en 1859 por Baudelaire según la cual el verdadero deber de la fotografía era el de ser una muy humilde sirvienta de las ciencias y de las artes. En Francia, ya en 1859, el gobierno había autorizado la creación de una sección de fotografía en el Salón de Pintura, Escultura y Grabado de París para exponer fotos como si fueran obras de arte, una iniciativa que había provocado el rechazo de los puristas.
El arte al final tiene como objetivo (muy subjetivo) despertar «algo» en el espectador, en el público de cualquier plaza, de cualquier cultura, en cualquier época, si detona, dispara o genera un sentimiento por mínimo que sea, si te hace huir o no dejar de apreciarlo, logra completar el proceso de comunicación. La fotografía yo considero que sí es un arte, donde los elementos son atrapados por un aparato, pero no es el propio aparato el que ejecuta, es el ser humano que hay detrás, es el que atrapa la luz en una composición que nos lleva a experimentar un sentir.
Y a propósito, hoy 19 de agosto, pero de 1839 Luis Daguerre presentó ante la Academia de Ciencias de Francia su último inventó: el daguerrotipo, que permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. Ese día también se liberó la patente del daguerrotipo, dando lugar al desarrollo de la fotografía. El Día Mundial de la Fotografía, desde 2009 se celebra en esta misma fecha a nivel mundial, como una iniciativa del fotógrafo australiano Korske Ara.
Despertar y abrir los ojos, volver a cerrarlos, girarte, tratar de encontrar algún despojo de tus sueños en la almohada, caer en conciencia que hay que levantarse, dar gracias al creador por estar, estirar las piernas, recordar que hoy es viernes, desear el sabor de un café americano, tener un repaso fugaz de lo que toca hacer, elegir el color que vestirás… en fin. Todo esto pasa en segundos (o minutos, depende de cada quién), son disparos que el cerebro manda a cada célula de tu cuerpo y te hacen ponerte en pie.
Es por esto que hoy el tema se enfoca el cerebro, que por si no lo sabías, en julio se conmemora el «Día Mundial del Cerebro».
El concepto científico es que la «materia gris», como se le conoce comúnmente, es uno de los órganos vitales de nuestro cuerpo. Controla las actividades cognitivas (pensar, abstraer, leer) y reacciones del organismo (acciones y funciones corporales en respuesta a estímulos sensoriales).
Por su evidente importancia, la Federación Mundial de Neurología (WFN por sus siglas en inglés) tomó la iniciativa de resaltar la salud cerebral y concientizar a la sociedad sobre cómo prevenir y cuidar al cerebro, por ello, se estableció el 22 de julio como el Día Mundial del Cerebro que tiene como ya se mencionó, el objetivo de promover la necesidad de crear conciencia sobre su potencial, riesgos y enfermedades.
Aquí unos datos que seguro te darán en «qué pensar»:
Particularidades del cerebro humano
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Consume un 20% de la energía y oxígeno que consume el organismo.
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En una partícula casi microscópica se pueden localizar alrededor de 100,000 neuronas.
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Representa el 2% del peso corporal.
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Está conformado por un 73% de agua.
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Transporta la información a una velocidad de 268 millas por hora. Más rápido que un vehículo de Fórmula 1.
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La funcionalidad del lado izquierdo del cerebro está asociada con el análisis, lógica, matemáticas, lenguaje y secuencia. Mientras que el lado derecho desarrolla la creatividad, la intuición, los sentimientos, la imaginación y las artes.
Enfermedades más comunes del cerebro
Se estima que un 13% de las causas de enfermedades a nivel mundial están vinculadas con enfermedades neurológicas y trastornos mentales.
Los problemas de salud causados por estas enfermedades son generalmente subestimados y es por ello que se debe promover los cuidados preventivos del cerebro en la población, generando conciencia sobre estas enfermedades «silenciosas», al pasar desapercibidas. Nombramos algunas de las más comunes:
Migraña
Una de las enfermedades neurológicas más comunes es la migraña, que afecta a millones de personas, pudiendo generar discapacidades graves o moderadas, dependiendo de su intensidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado a la migraña como la sexta causa de incapacidad, afectando la funcionalidad de las personas.
Accidente cerebrovascular
Son el resultado de un coágulo de sangre alojado en el cerebro que bloquea el suministro sanguíneo local, afectando el tejido cerebral cercano.
Enfermedades neurodegenerativas
Son causadas por la degeneración gradual de neuronas individuales, afectando el control del movimiento, la memoria y la cognición. Entre ellas destacan el Alzheimer, Mal de Parkinson, la Esclerosis Múltiple, enfermedad de Hungtinton.
Trastornos mentales
Comprenden patrones particulares del funcionamiento de la psique, vinculados con la función mental y somática. Entre los trastornos mentales podemos mencionar la depresión clínica, la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el trastorno de estrés post-traumático.
Enfermedades infecciosas
Estas enfermedades son causadas por virus y bacterias, siendo las más comunes: meningitis, enfermedad de las «vacas locas», encefalomielitis.
Enfermedades congénitas
El Síndrome de Down constituye la enfermedad congénita más emblemática. Caracterizada por la alteración del desarrollo neuronal por factores genéticos, consumo de drogas, deficiencia nutricional y enfermedades infecciosas durante el embarazo.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro cerebro?
La actividad física es fundamental para la buena salud del cerebro. A pesar de haber aumentado los niveles de expectativas de vida del ser humano en las últimas décadas, debemos mantener nuestro cerebro saludable en la etapa de la vejez. Es muy importante el consumo de nutrientes (aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales), para optimizar la función cognitiva en esa etapa de vida.
El cerebro es nuestro centro de procesamiento de datos. Requiere de cuidados preventivos para garantizar su óptimo funcionamiento en la edad adulta y en la vejez. Estas son algunas orientaciones indicadas por los especialistas:
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La alimentación saludable es fundamental, con una dieta rica en frutas, verduras, vegetales y pescados, favoreciendo el transporte de oxígeno y nutrientes para su correcto funcionamiento.
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Mantenerse activo desde el punto de vista cognitivo, mediante juegos de memoria, rompecabezas, elaboración de pasatiempos (crucigramas, sopa de letras, Sudoku).
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Hacer ejercicios o alguna actividad física regularmente.
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Controlar los factores de riesgo cardiovascular: hipertensión, azúcar en la sangre, consumo de drogas y cigarrillos.
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Controlar el estrés, la ansiedad y la depresión. Buscar ayuda especializada.
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Mantener la interacción social, estrechando vínculos con la familia, amigos y el entorno laboral, así como participar en actividades de esparcimiento (eventos sociales, recreativos, deportivos) para un desarrollo psicológico saludable. Aunque en este 2020, esta recomendación se sustituye por una sana distancia».
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Siempre es interesante conocer más a detalle lo que nos pasa en la cabeza, aquí dos videos muy a propósito para celebrar a nuestro cerebro ¡cualquier día!
Día mundial del Cerebro 2020. La enfermedad de Parkinson
La Dra. Aide Montante Montes de Oca nos habla de cómo mantener el cerebro saludable
Después de convivir con los extremos, después de sufrir un despojo en un robo, después de ver de lo que es capaz de hacer un ser humano para alimentarse, descubres el verdadero valor de lo que tenías… Es por esto que valoro la simplicidad y la grandeza que existen en los detalles, y vivo cada momento intensamente…
Siguiendo con los temas de introspección, me puse a investigar sobre «el duelo» ¿por qué hablar de pérdidas en estos momentos? porque justo ahora estamos viviendo la pérdida de la libertad, de la tranquilidad, del libre tránsito, de estar en cercanía y desafortunadamente, en muchísimos casos, la perdida de la salud.
Una experta en el tema es Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra, escritora y pionera en tanatología, su teoría de las 5 fases del duelo es uno de los modelos psicológicos más célebres en todo el mundo. Estos cinco estadios son la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación, y tienen lugar en mayor o menor grado siempre que sufrimos una pérdida.
Comparto este artículo porque describe de una manera sencilla qué es el duelo según la psicología y en qué consisten las etapas que conforman este proceso, tanto en el duelo por muerte como cuando se produce por otras causas.
¿Qué es el duelo? Una perspectiva psicológica
El duelo es el proceso psicológico al que nos enfrentamos tras las pérdidas y que consiste principalmente en la adaptación emocional a estas, si bien se trata de una experiencia compleja que engloba también factores fisiológicos, cognitivos y de comportamiento, entre otros.
Por definición, la pérdida de cualquier objeto de apego provoca un duelo, si bien la intensidad y las características de éste pueden variar en gran medida en función del grado de vinculación emocional o de la propia naturaleza de la pérdida. Las pérdidas no siempre son físicas, sino que también pueden tener un carácter abstracto.
Así, las personas pasamos por un proceso de duelo cuando sufrimos una ruptura de pareja, cuando abandonamos el lugar donde nacimos de forma definitiva, cuando nos despiden de nuestro puesto de trabajo o cuando perdemos la movilidad en una parte del cuerpo; no obstante, el duelo por muerte es el tipo más relevante por la potencia con que afecta a la mayor parte de personas.
Además los modelos psicológicos que describen este proceso se han centrado fundamentalmente en el duelo que se desarrolla como consecuencia de la muerte de una persona cercana o de la cercanía del propio fallecimiento; entre estos, el más importante es el de Elisabeth Kübler-Ross.
Las 5 fases del duelo: la teoría de Elisabeth Kübler-Ross
La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross publicó en 1969 el libro “On death and dying” (“Sobre la muerte y el morir”), en el que describió por primera vez las 5 fases del duelo. Para ello se basó en su trabajo con pacientes terminales en la Universidad de Chicago.
El modelo de Kübler-Ross divide el duelo en 5 etapas que tienen lugar de forma sucesiva; no obstante, años después insistió en que el proceso de duelo no es tan lineal y rígido.
Según afirma la autora “On death and dying”, en primer lugar pasamos por la fase de negación y después por la de ira, la de negociación, la de depresión y,finalmente, la de aceptación de la pérdida. Para memorizarlas puede ser útil el acrónimo “NINDA”.
1. Negación
La negación de la pérdida es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de ésta, con frecuencia aparejada a un estado de shock o embotamiento emocional e incluso cognitivo.
Aunque en ocasiones esta fase del duelo implica estrictamente la negación de la pérdida, esto no siempre sucede sino que puede manifestarse de un modo más difuso o abstracto. Así, por ejemplo, se puede dar una negación de la importancia de la pérdida o de su carácter definitivo más que del hecho de que se haya producido.
2. Ira
El fin de la negación va asociado a sentimientos de frustración y de impotencia con respecto a la propia capacidad de modificar las consecuencias de la pérdida. Dicha frustración conlleva a su vez la aparición de enfado y de ira, como sucede en general y no sólo durante el duelo.
Durante la etapa de ira la persona busca atribuir la culpa de la pérdida a algún factor, como puede ser otra persona o incluso uno mismo. El proceso de duelo implica la superación de la frustración y del enfado, que se relacionan con intentos psicológicos naturales pero futiles de que nuestro estado emocional y nuestro contexto se mantengan iguales que antes de la pérdida.
3. Negociación
En la fase de negociación la persona guarda la esperanza de que nada cambie y de que puede influir de algún modo en la situación. Un ejemplo típico son los pacientes a quienes se les diagnostica una enfermedad terminal e intentan explorar opciones de tratamiento a pesar de saber que no existe cura posible, o quienes creen que podrán volver con su pareja si empiezan a comportarse de otra manera.
4. Depresión
La cuarta etapa del modelo de Kübler-Ross sobre el duelo es la de depresión. En este periodo la persona empieza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, y ello genera sentimientos de tristeza y de desesperanza junto con otros síntomas típicos de los estados depresivos, como el aislamiento social o la falta de motivación.
El hecho de perder a un ser querido, de enfrentarse a la propia muerte y otras causas del duelo puede hacer que la vida deje de tener sentido para nosotros, al menos durante un tiempo. No obstante, la fase de aceptación supone la normalización de estos sentimientos de tristeza tan naturales.
5. Aceptación
Después de las fases de negación, ira, negociación y depresión llega la aceptación de la pérdida y la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos naturales en la vida humana.
La fase de aceptación se relaciona con lo inevitable de la pérdida, y por tanto del proceso de duelo. En los casos en que el duelo es debido a una enfermedad terminal suelen darse reflexiones con respecto a la propia vida, vista en retrospectiva una vez se acerca el final.
«…Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. Nuestra muerte no es el fin o la aniquilación total, sino que todavía nos esperan alegrías maravillosas”.
Elisabeth Kübler-Ross
Referencias bibliográficas:
Kübler-Ross, E. (1969). On death and dying. New York: The Macmillan Company.
Kübler-Ross, E. & Kessler, D. (2007). On grief and grieving: finding the meaning of grief through the five stages of loss. New York: Scribner.
Fuente: https://viviendolasalud.com/psicologia/duelo-fases-etapas
Seguimos en una situación complicada, atravesando una pandemia que parece no detenerse y en confinamiento los días siguen, las cifras crecen y nadie tiene clara la realidad de los contagios y muertos.
¿Qué tenemos que hacer? ¿creer en las autoridades que dan cifras convenientes para sus intereses? el escenario mundial nos deja ver que no hay más que seguir con las medidas de prevención, cuidarnos y fortalecernos… hablar de otro tema me resulta imposible, pues al comenzar a escribir termino pensando de nuevo en este encierro.
¿Qué veo desde mi ventana? veo a mi vecino también en su balcón buscando una salida, veo un cielo que se pinta al atardecer, igual que ayer, igual que antier, veo personas paseando a su perro, pretexto ideal para escapar, huir y por un momento «sentir» que todo está en control.
Tratemos de hacer un ejercicio, ya que no podemos encontrar afuera la seguridad que necesitamos en estos momentos, busquemos dentro de nosotros mismos, hagamos introspección, hurguemos en los pensamientos que nos permitan revalorar la soledad y de ahí podríamos tener una gran conversación con el creador, con esa parte espiritual que es el vínculo entre el ser humano y Dios.
Sin importar la ideología filosófica que intente explicar a la espiritualidad, se puede llegar a definir a la misma de esta forma: La espiritualidad trasciende lo terrenal así como también trasciende lo material. La espiritualidad tiene que ver con alimentar el interior propio y poner en práctica una serie de valores que nos representen.
Siempre es buen momento para crecer y apuntalar nuestra espiritualidad, aprovechemos estos tiempos para ser mejores seres humanos, no hay que limitarse y pensar que necesitamos estar afuera para estar bien, por supuesto que llegará el tiempo para salir y cuando sea así, reconstruiremos el camino, valoraremos más el estar reunidos con los nuestros, pero también, valoraremos el refugio de la soledad y volver a ella no será motivo de angustia, será motivo de retarnos a que estando solos o acompañados, podremos estar más cerca de entender y aprender sobre nuestro tránsito en este mundo.
Precisamente, me encuentro con este poema que aquí comparto, creo es una manera fresca y auténtica, desde el punto de vista de una niña, de retratar la realidad, la «nueva realidad»…
Cuarentena, la menos deseada,
Cuarentena, 40 días sin palabras,
Cuarentena, días de paciencia
Cuarentena, días de amor, respeto y convivencia,
Cuarentena, pierdes la cuenta… ya son más de 100.
Pero tampoco es mala,
me ha dado experiencias
he creado,jugado y trabajado,
pero sobre todo he DISFRUTADO.Mariajosé | 10 años | CDMX, 2020
Así que desde hoy ¿qué veo desde mi ventana? vuelvo a ver un cielo que se pinta al atardecer, igual que ayer, igual que antier, pero lo diferente es que al contemplarlo, también hago una plegaria dando gracias por estar y pido por todos nosotros.
Si nos hubieran dicho que seríamos los protagonistas de una película de trama apocalíptica, con toda seguridad hubiéramos respondido que era mentira, argumentos para atemorizar, que era un plan basado en todas las posibles teorías de la conspiración creíbles o no y que de ser así, no nos tocaría vivirla.
Pero la realidad superó la ficción, estamos frente a un enemigo que combate con todas las ventajas, no podemos verlo pero se hace presente con mucha facilidad, está en todo el mundo y su mayor arma es la ignorancia, la falta de cuidado y la incredulidad de las personas.
Nadie estaba preparado, al principio parecía noticia de un periódico amarillista que busca lo más escalofriante para llamar la atención, hoy no hay día que los encabezados no incluyan Coronavirus, Covid-19, pandemia, crisis sanitaria, crisis económica, encierro, depresión, contagios, muerte… ¡qué paranoia!
Definitivamente la salud es lo más importante, se revalora y cuando estás por entrar al hospital se añora; esta situación nos deja ver lo frágiles que somos y que no importa el lugar en el planeta dónde te encuentres, la cantidad de dinero, si eres empresario de gran calibre, dueño de un cadena hotelera, funcionario, ambulante o una persona en situación de calle, eres presa fácil cuando la arrogancia y negligencia del ser humano se extiende sin control ante un contagio inminente.
El Covid-19 al final llevará a una depuración de conciencia, de proceder, de cuidados, de reforzar los afectos y acercar las distancias. El planeta está respirando, tomándose un descanso de los seres humanos, ¿será qué nosotros somos nuestro propio enemigo? ¿será qué el 2020 es el año que al sacudirnos nos enseña lecciones a todas las generaciones y nos recuerda que no somos invencibles? Superar ésto no solo es mantenernos sanos, que es lo primordial, si no aprender de lo que nos hace daño, aprender que los hábitos más sencillos se hacen día a día, que la economía es una cadena mundial, que a pesar de la crisis presente y futura, debemos levantarnos y hacer lo necesario para estar bien.
Hoy nada es normal, hoy las cosas no pueden llevar una estructura como antes, debemos reorganizar esta realidad y adaptarnos, es de admirarse la resistencia de los que verdaderamente están siguiendo la estrategia de quedarse en casa, de los especialistas médicos que tienen que hacer frente a una enfermedad desconocida que se infiltra en sus trincheras, de los que no pueden dejar de trabajar para atender las necesidades básicas de los demás.
Quiero pensar a manera de terapia y por salud mental, que no falta mucho para poder volver a recorrer el mundo y a través de la lente captar las nuevas formas de vida del ser humano. Paradójico es que la distancia, hoy sea la manera de estar cerca, cuidémonos para enfrentar el reto de reconstruirnos como humanidad, de valorar la libertad de acción y aprender que en los detalles se denota el respeto a la vida.