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Es curioso como el ser humano a través de su historia ha repetido patrones, somos seres sociales que al final buscamos modos de vida que nos permitan «evolucionar» pero en un punto se vuelve al origen y se requiere de ser «guiados» y no siempre por las mejores alternativas (habrá excepciones por supuesto). Las autoridades tendrían que tener clara la convicción de ver por el pueblo, dejando a un lado los intereses personales. Un hecho es que el poder corrompe, en la historia de la humanidad es el mal que siempre aqueja.
¿Te suena esta frase?
«Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros»
Por esto hago alusión a la novela del escritor inglés George Orwell «Rebelión en la granja», un libro obligado cuando se es joven y que hoy retomo porque esta frase refleja la mentalidad de tantas personas en cualquier parte del mundo, sean autoridades, empresarios, líderes sociales, jueces o presidentes.
Hagamos un recuento:
Orwell arma una crítica a Stalin a través de la personificación de los animales; por lo tanto es un libro alegórico escrito y publicado durante la Segunda Guerra Mundial con un fuerte carácter cuestionador. Es considerada una obra maestra del autor y ha sido adaptada al cine dos veces. La revista Time eligió Rebelión en la granja como una de las mejores cien obras publicadas entre 1923 y 2005.
Aquí los animales poseen características humanas: hacen densos cuestionamientos sobre política, filosofía e identidad. Se organizan e intentan crear una sociedad utópica luego de hacer duras críticas al hombre, en este caso representado por la figura del señor Jones.
Con un lenguaje fácil y accesible, lleno de humor, el libro procura la atención de todo tipo de lector; fue un éxito de ventas en la época de su publicación y en las ediciones posteriores. Curiosamente, Rebelión en la granja continúa siendo una obra extremadamente vigente dado que trata de cuestiones que no pierden validez, como el juego del poder, la censura y la manipulación de las masas.
«Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros» es la conclusión del libro y representa el deseo por la comunión y la libertad corrompido por la ambición y por el poder alcanzado por los cerdos. En el principio las reglas eran claras, pero las reglas universales pasaron a ser particularizadas dependiendo de quién se trataba, corrompiendo el sistema que estaba comprometido con la igualdad para todos. Al crear esta obra, Orwell mezcla los géneros: por una parte se pueden encontrar rasgos de las fábulas con moraleja y por otra, una sátira política.
Sea cual sea la corriente: socialismo, comunismo, capitalismo, los humanos buscan un camino dónde los ideales sean compartidos, donde la igualdad prevalezca pero sin perder privilegios, ciertamente los líderes sobresalen por su preparación, por su visión e incluso por su buena voluntad para llevar por un camino mejor a la humanidad, pero la libertad y los ideales se opacan a la sombra del poder, por sentir de manera arrogante que la verdad está en una sola persona o grupo y que ahí recae de forma absoluta.
El dinero al final marca las pautas, se puede comprar inocencia, una nueva identidad, una nueva cara, inculpar, lavar dinero por causas sociales (como poner una escuela en zonas marginales con dinero del narcotráfico), despojar por la voluntad del pueblo terrenos cercanos a una gran obra pública (sea un aeropuerto o una refinería), hacer disparos de cualquier calibre en nombre de autodefenderse (reclutando a niños, mujeres y todo aquel que pueda hacer disparos sin saber si son vecinos o enemigos)…
Estamos en tiempos de reflexión, reflexionemos pues qué pasa en nuestro entorno y qué queremos no para el futuro, sino para este presente.
Si no has leído la obra de Orwell, te la recomiendo, sé que con toda seguridad encontrarás grandes coincidencias, vivas dónde vivas, creas en lo que creas y seas tan igual como el de al lado… o todo lo contrario.
Título original: Animal Farm
Autor: George Orwell
Idioma original: Inglés
Año: 1945
Editorial: Destino
Género: Novela corta/Fábula
No es lo mismo leerla que verla, pero esta versión es una buena referencia también:
https://www.youtube.com/watch?v=jSwk6p-o59I
Somos vecinos del país considerado el más poderoso, Estados Unidos está inmerso en una de las mayores crisis de salud pública por la pandemia de Covid-19. Superó en menos de un año el total de muertes de combatientes y no combatientes estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial: 405,399 entre 1941 cuando Estados Unidos ingresó al conflicto y 1945, de acuerdo a registros del departamento para los Asuntos de los Veteranos en ese país.
Aunado a las cifras de contagios y muertes, la inestabilidad social, la polarización, los conflictos raciales, la violencia y el cambio de presidente, ha captado la atención del mundo entero y es el 20 de enero de 2021, que todos nos mantuvimos expectantes ante incluso la posibilidad de un atentado.
Pero en tensa calma, se vivió una inusual transición de gobierno en Washington D.C, en el que Joe Biden y Kamala Harris juraron como presidente y vicepresidenta; curiosamente el exmandatario y empresario Donald Trump no acudió a la ceremonia, algo también histórico y desafiante, registrado ya los anales de este país.
«Tenemos que esforzarnos y empujar para seguir adelante (…) hay mucho por reparar, mucho por restaurar, mucho por sanar, mucho que construir y mucho que ganar», dijo Biden en su discurso inaugural ante invitados especiales, como los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton.
Por supuesto, Biden tocó el tema de la pandemia y dijo que su respuesta a esta crisis estará basada en conclusiones a partir de la evidencia científica, en contraste con su antecesor, quien dijo e hizo lo inimaginable, desde no usar cubre bocas, incitar a las personas a desinfectarse inyectándose cloro, creer que todo es culpa de una amenaza por parte de China y salir del hospital, después de haberse contagiado, diciendo que era una enfermedad de menor calibre.
Estados Unidos tiene el 4% de la población mundial pero alcanza el 20% de las muertes globales. En el día en que el demócrata Joe Biden asumió la Presidencia, la cuenta por covid-19 iniciada el 20 de enero de 2020 en Estados Unidos, se situó en más de 24.5 millones de contagios y 405,400 muertes, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.
“Necesitamos toda nuestra fuerza … Estamos ingresando a lo que puede ser el periodo más duro y mortal del virus”, mencionó Biden.
Así que más allá de lo que las autoridades de cada país digan, hay datos que con toda seguridad, no solo los norteamericanos deben tener presentes para no bajar la guardia:
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En el condado de Los Ángeles, el más poblado de EE.UU., alrededor de una persona muere de covid-19 cada seis minutos.
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En el conteo registrado hasta el 20 de enero, hubo un total de 405,400 fallecidos a causa del nuevo coronavirus.
Esta enfermedad no tiene palabra de honor, no huye, no respeta, no se detiene ni ante un país tan poderoso y junto con la arrogancia, la ignorancia y la falsa creencia de que no pasa nada, es en conjunto el mal que nos aqueja.
Por esto! cuídate, me cuido y podremos superar estos tiempos, que nos han enseñado duras lecciones y nos preparan para las variantes que puedan llegar, porque es un hecho, el mundo es otro a partir del Covid-19.
Este año quedará registrado en la historia como un parte aguas en la vida del planeta entero. Nos hemos enfrentado a una serie de transformaciones en lo físico, lo emocional, las relaciones humanas, pero sobre todo, en la relación con uno mismo, en esa introspección necesaria para ser sobrevivientes, aprender y justo «transformarnos y evolucionar» ante esta otra realidad.
La pandemia del 2020 es del tamaño de nuestros miedos, es un monstruo invisible de gran calibre que existe y está lejos aún de ser domado. Esta enfermedad se hace fuerte y se multiplica porque es más fácil cerrar los ojos, es más cómodo dejar que las autoridades tomen las riendas y los riesgos, sin ser conscientes que la responsabilidad y los cuidados debemos tomarlos de manera individual.
Por esto mismo, el enemigo no sólo es un virus, es la ignorancia, la negligencia, la arrogancia y la falta de humildad de los dirigentes desbordados por su ego que niegan la falla en sus estrategias, el enemigo es también el poco valor que le dan a la vida tantas personas que en las calles, en las plazas, en los restaurantes y en cualquier sitio se exponen sin sentido con su absurda bandera «¿quién se va a morir, tú o yo?» sin darse cuenta que a su paso podrían estar disparando contagios como ráfagas de un arma de fuego y atentar contra un público que estuvo en el lugar equivocado, en el momento equivocado.
¿Cómo será el mundo post-Covid? aún no lo tenemos claro, negar que existió no ayudará, creer que esto se termina en el minuto previo al 2021 tampoco, pero más complejo sería no tener fe en que vienen nuevos tiempos, con toda seguridad esperamos una vacuna que trae a cuestas la esperanza de todos, la ligereza de muchos y el deseo de volver a una realidad que dista mucho de ser la misma que conocíamos.
Adiós al 2020 que se llevó la vida de tantas personas…
Adiós a la hermana, a la madre, a la mujer que luchó hasta que su cuerpo ya no pudo y como las guerreras, entregó sus armas para descansar…
Adiós al profesor de matemáticas, a la maestra de inglés que cambió la visión de tantos niños, porque les enseño que un empresario, un cirujano, un fotógrafo o un periodista bien preparado, puede hacer la diferencia en un mundo tan competitivo.
Adiós al personal de salud de cada hospital, que se expuso por una gran causa, salvar vidas.
Adiós al hijo, al padre, al hombre que le mostró a su familia que la vida se basa en el amor y la solidaridad.
Adiós también a las mascotas, compañía y compañeros de aventuras.
Adiós a todos los que están ahora caminando junto a nosotros, desde el recuerdo que dejan en nuestro corazón…
De manera simbólica el ciclo debe cerrarse, dar gracias por seguir, por hacer lo correcto. ¡Hoy más que antes, hoy más que nunca, pensemos en nosotros, cuidando a los demás!
Adiós a un 2020 que ha sido el año que nos tocó vivir, que nos enoja, que nos confina, pero a la vez, que nos enseña a ser grandes y que nos ha forzado (idealmente) a reconocer que los límites que hay en nuestra mente, solo se crean para marcar la distancia de hasta dónde queremos llegar.
Si me cuido yo, cuido al de a lado, si cuido mi vida, cuido la vida de los demás, aunque ésta dure solo un segundo más…
¿Qué es la resiliencia?
En estos tiempos tan complejos, en este año 2020 que ha presentado toda una serie de caos a nivel mundial, es un concepto que se escucha más y del que debemos aprender:
La resiliencia es la resistencia frente a la adversidad junto a la capacidad para reconstruirse saliendo fortalecido del conflicto.
«Es una actitud vital positiva a pesar de las circunstancias difíciles y representa el lado positivo de la salud mental. Consiste también en saber aprender de la derrota y transformarla en oportunidad de desarrollo personal»
La neurociencia constituye un sustento importante de los trabajos en resiliencia puesto que aporta la base científica que muestra que el cerebro humano es capaz de adaptarse a los cambios a través de la plasticidad neuronal.
En este sentido, el desarrollo de una mayor resiliencia y ser conscientes de la existencia de esta capacidad humana suponen una oportunidad para superar los retos que se presentan en el día a día y estar preparado ante esos dos o tres acontecimientos traumáticos que se presentan en la vida de toda persona y que pueden llegar a ‘romperla’, en palabras de la psiquiatra.
Como norma general, la especialista señala que las áreas en las que se trabaja para superar el trauma son cuatro: la aceptación de la realidad, la adaptación o reformulación de la vida tras el trauma, la construcción de una red social de apoyo y la búsqueda de un sentido o propósito en la vida.
10 PILARES DE LA RESILIENCIA
LA RESILIENCIA ES LA RESISTENCIA FRENTE A LA ADVERSIDAD Y LA CAPACIDAD DE RECONSTRUIRSE
1. Introspección: capacidad de observarse, conocerse a sí mismo y darse una respuesta honesta en relación al mundo exterior
2. Motivación esencial: capacidad de darle sentido a la vida creando su propio proyecto transcendente.
3. Autorregulación emocional: capacidad de afrontar tensiones sin victimismo como parte de la vida, debilitando la respuesta al estrés.
4. Independencia y autonomía emocional: capacidad de mantener distancia emocional y física ante los conflictos sin caer en el aislamiento. Saber fijar límites entre uno mismo y el medio con problemas.
5. Confianza en si mismo y en sus propios recursos: adecuada autoestima, iniciativa y responsabilidad para lograr autonomía personal.
6. Capacidad de relacionarse: habilidad para establecer vínculos afectivos con otras personas creando relaciones saludables. Equilibrar la propia necesidad de afecto con la actitud de ayudar a otros.
7. Actitud positiva y optimismo: capacidad para resolver problemas de forma creativa, desdramatizando
8. Sentido del humor y creatividad: para resolver problemas relativizando y sabiendo encontrar lo cómico en la propia tragedia.
9. Colaboración y compromiso: capacidad de comprometerse con valores y ayudar a otros.
10. Moralidad, ética y coherencia: mantener una unidad de vida entre lo que se dice y lo que se hace fundada en criterios sólidos.
Hacer un balance y reordenarnos en el caos es algo en lo que debemos trabajar, suena sencillo pero es labor de todos los días, es una actitud de vida y hay que prepararnos para ser seres resilientes.
Aquí un libro súper interesante, que estoy seguro te será de utilidad.
Levantarse y Luchar
Autor: Santos, Rafaela
Editorial:Conecta
Año de edición:2014
Este libro es de lectura obligada para repensar y vivir la resiliencia. Sabiendo que todo se puede superar con esperanza, voluntad y optimismo, y viendo la vida como lo que es: un regalo. Ese instinto de supervivencia es el que nos hace ser resilientes. En este libro encontrarás las claves para conseguirlo.
Octubre es reconocido mundialmente como el mes rosa para crear conciencia a hombres y mujeres sobre el cáncer de mama y así promover la autoexploración, revisiones periódicas y chequeos para poder detectarlo a tiempo.
El 19 de octubre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama. Instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una forma de promover la detección temprana y el tratamiento adecuado a fin de prevenir, aumentar la supervivencia y reducir los efectos negativos de este tipo de cáncer.
Siempre solidario con estas causas de apoyo y concientización, en esta ocasión vale la pena tomar tiempo para preguntar
¿Qué pasa con el cáncer de mama masculino?
Partiendo de que el cáncer es una enfermedad en la cual las células del cuerpo se multiplican sin control, el cáncer de mama se puede producir tanto en hombres como en mujeres; sin embargo, es mucho más común en las mujeres.
El cáncer de mama masculino es un cáncer raro que se forma en el tejido mamario del hombre y es más común en los hombres mayores, aunque puede manifestarse a cualquier edad.
Los pacientes diagnosticados con cáncer de mama masculino en etapa temprana tienen una gran probabilidad de cura. Por lo general, el tratamiento implica cirugía para extraer el tejido mamario. Según la situación particular, se aplica el tratamiento, pero son la quimioterapia y la radioterapia las más comunes.
Los signos y síntomas del cáncer mamario masculino pueden incluir los siguientes:
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Un bulto o engrosamiento sin dolor en el tejido mamario
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Cambios en la piel que cubre la mama, tales como hoyuelos, arrugas, enrojecimiento o descamación
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Cambios en el pezón, como enrojecimiento o descamación, o un pezón que empieza a hundirse
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Secreción del pezón
No se sabe con exactitud qué causa el cáncer mamario en los hombres, pero el origen es el mismo, algunas células de la mama se dividen con mayor rapidez que las células sanas y la acumulación de éstas, forma un tumor que puede diseminarse (metástasis) a los tejidos cercanos, a los ganglios linfáticos o a otras partes del cuerpo.
¿Dónde comienza el cáncer mamario en hombres? todos nacemos con una pequeña cantidad de tejido mamario. El tejido mamario consta de glándulas que producen leche (lóbulos), conductos que llevan la leche hacia los pezones y grasa.
Durante la pubertad, las mujeres desarrollan más tejido mamario y los hombres no. Es debido a que los hombres nacen con una pequeña cantidad de tejido mamario que pueden tener cáncer mamario.
Entre los tipos de cáncer mamario diagnosticados en hombres se incluyen los siguientes:
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Cáncer que comienza en los conductos mamarios (carcinoma ductal). Casi todos los casos de cáncer mamario masculino son de carcinoma ductal.
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Cáncer que comienza en las glándulas productoras de leche (carcinoma lobular). Este tipo es poco frecuente en hombres porque tienen pocos lóbulos en el tejido mamario.
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Otros tipos de cáncer. Otros tipos de cáncer mamario menos frecuentes que pueden ocurrir en hombres incluyen enfermedad de Paget del pezón y cáncer mamario inflamatorio.
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Genes heredados que aumentan el riesgo de cáncer mamario
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Algunos hombres heredan genes anormales (mutados) de sus padres que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer mamario. Las mutaciones en uno de varios genes, en especial en un gen llamado BRCA2, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer mamario y cáncer de próstata.
Si hay evidencia de antecedentes familiares de cáncer, es posible que el médico recomiende realizar una prueba genética para determinar si el paciente porta genes que aumentan el riesgo de cáncer.
Factores de riesgo
Estos son algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama masculino:
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Edad avanzada. El riesgo de tener cáncer de mama aumenta con la edad. El cáncer de mama masculino se diagnostica con mayor frecuencia en los hombres después de los 60 años.
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Exposición al estrógeno. Si tomas medicamentos relacionados con el estrógeno, como los usados en la terapia hormonal para el cáncer de próstata, corres un mayor riesgo de padecer cáncer de mama.
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Antecedentes familiares de cáncer de mama. Si tienes un familiar cercano con cáncer de mama, tienes mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.
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Síndrome de Klinefelter. Este síndrome genético ocurre cuando un niño nace con más de una copia del cromosoma X. El síndrome de Klinefelter provoca el desarrollo anormal de los testículos. Como resultado, los hombres con este síndrome producen menores niveles de ciertas hormonas masculinas (andrógenos) y más hormonas femeninas (estrógenos).
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Enfermedad hepática. Ciertas enfermedades, como la cirrosis hepática, pueden reducir las hormonas masculinas e incrementar las hormonas femeninas, lo que aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama.
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Obesidad. La obesidad está relacionada con los niveles elevados de estrógeno en el cuerpo, lo que incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama masculino.
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Enfermedad o cirugía testicular. Tener los testículos inflamados (orquitis) o haber tenido una cirugía para extirpar un testículo (orquiectomía) pueden incrementar el riesgo de padecer cáncer de mama masculino.
El considerable apoyo para la concientización y el financiamiento de investigaciones sobre cáncer de mama ha ayudado a crear avances en el diagnóstico y tratamiento. Las tasas de supervivencia han aumentado y el número de muertes asociadas con esta enfermedad está disminuyendo constantemente, en gran medida debido a factores como la detección temprana, un nuevo enfoque de tratamiento personalizado y un mejor entendimiento de la enfermedad.