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Es curioso, es el primer año que me entero de la conmemoración del Día Internacional de Hombre. Con toda seguridad puedo decir que esta información no es difundida y las autoridades deberían impulsar campañas de concientización, pero no para hombres o mujeres, si no para todos por igual.
El 19 de noviembre es una fecha que promueve el bienestar de hombres y niños, fomenta relaciones igualitarias y destaca contribuciones positivas en la sociedad. Lo que buscan es invitar a construir un mundo donde las nuevas generaciones crezcan dejando atrás estereotipos limitantes y abrazando una visión más inclusiva y empática.
Thomas Oaster, profesor de la Universidad de Missouri-Kansas, estableció el Día Internacional del Hombre en 1992. Pero no fue hasta el año 1999 cuando, por iniciativa del Comité Internacional del Hombre, en Trinidad y Tobago, se proclamó a nivel global el Día Internacional del Hombre. Dentro de los objetivos de este día se encuentran el fomento a la salud de los hombres y del niño, la mejora de las relaciones de género, la de una mayor igualdad y la puesta en relieve de modelos masculinos positivos.
La conmemoración no busca competir con el Día Internacional de la Mujer, sino que pretende ser un espacio para reflexionar sobre las contribuciones y desafíos que enfrentan los hombres en la sociedad contemporánea.
Entre los pilares fundamentales se encuentran:
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Promover modelos masculinos positivos.
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Celebrar las contribuciones de los hombres a la familia, la sociedad y el medio ambiente.
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Centrarse en la salud y el bienestar físico, emocional y social de los hombres.
En la actualidad, más de 60 países celebran este día, y se suma el respaldo de organismos como la ONU y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en México, que destacan su relevancia en la lucha por la igualdad de género, temas de gran calibre en cualquier lugar del mundo.
Dentro de los desafíos que enfrenta la población masculina están los temas de la salud física y mental de los hombres. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hombres en América viven entre cinco y siete años menos que las mujeres, siendo las principales causas para llegar al hospital y de mortalidad:
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Enfermedades cardiovasculares.
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Diabetes.
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Lesiones por accidentes.
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VIH/SIDA.
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Suicidio.
La falta de atención a la salud emocional es otro reto significativo. Durante décadas, los hombres han sido socializados para evitar expresar emociones como tristeza o miedo, lo que puede derivar en problemas de salud mental no tratados.
En México, y en otros países, el Día Internacional del Hombre sirve como plataforma para promover nuevas masculinidades que desafíen el machismo y los estereotipos de género. Campañas y actividades buscan sensibilizar sobre la importancia de roles más equitativos en el ámbito privado y público, así como resaltar el impacto positivo de los hombres en áreas como la crianza, el matrimonio y la comunidad.
Además, se han impulsado iniciativas para combatir la violencia de género y generar conciencia sobre cómo los sistemas patriarcales afectan tanto a hombres como a mujeres.
En la celebración de este día internacional se realizan diversas campañas mundiales: la reflexión en torno a nuevas masculinidades no machistas, patriarcales o violentas, ya que éstas también afectan a los hombres. De igual manera, este día no pretende igualar ni competir con los reclamos de la lucha del género femenino por la equidad, sino destacar el rol positivo que pueden encarnar los hombres en la sociedad.
A propósito de que todo debe ser medido y comparado, de que en el mundo por todo se realizan concursos, retos virales y registros de miles de likes, la historia de estos registros, en particular de los «Record Guinnes», resulta con toda seguridad, la más interesante.
Un récord Guinness es un logro humano o natural que se registra en el libro «Guinness World Records», también conocido como Libro Guinness de los récords. Esta publicación anual es la principal autoridad para revisar, avalar y compilar récords mundiales.
La idea de crear un libro con récords surgió en 1951 en un pub irlandés, cuando el director ejecutivo de la empresa cervecera Guinness, Hugh Beaver, quiso recopilar datos curiosos sobre temas que generaban debates y polémica. La primera edición del libro se publicó el 27 de agosto de 1955.
Para que un logro se considere un récord Guinness, debe ser: Medible, Verificable, Rompible, Universal.
Para registrar un récord, se deben presentar pruebas como fotos o videos del intento oficial y declaraciones de dos testigos independientes, ¡no cualquier vecino!.
Los titulares de récords no reciben ningún premio económico, pero sí un certificado oficial y figuran en el libro.
Un ejemplo de récord Guinness en nuestro país, es que la Ciudad de México fue la ciudad más conectada del mundo en 2021, con 20 mil 500 puntos WiFi.
Otro de estos records que llama la atención, sobre todo por las fechas, es de la calabaza más grande del mundo.
Se llama Michael Jordan, pesa 1,247 kilos y es la calabaza más grande del mundo de la que hay registros.
El agricultor Travis Gienger, que presentó a esta enorme calabaza al concurso «Half Moon Bay pumpkin weigh-off», un certamen anual en Estados Unidos, en el que se exhiben las calabazas más grandes del vecino país. Este agricultor-empresario se ha llevado el galardón en tres ediciones y en dos de ellas batió el récord mundial.
Con lo que no contaba, era con romper el registro de la calabaza más pesada del mundo.
El porque del nombre de debe a que la calabaza parecía un balón de basketball y como fue en el año 2023, quiso homenajear a Jordan, este extraordinario jugador que usaba el 23 en su uniforme.
Datos con toda seguridad irrelevantes, disparos de información que si bien no sirven de mucho al mundo, los seres humanos son felices cuando se les reconoce un logro medible, verificable, rompible y universal.
Cada 19 de septiembre, la memoria colectiva de México revive los devastadores sismos que han marcado al país en distintas épocas. Desde el trágico terremoto de 1985 hasta los más recientes movimientos telúricos de 2017 y 2022, esta fecha ha quedado vinculada a una serie de eventos sísmicos de gran calibre que han generado tanto devastación como importantes lecciones en torno a la prevención y preparación. Aunque estos sismos han sucedido el mismo día, es importante recordar que los terremotos no pueden predecirse ni ocurren por temporadas.
El sismo del 19 de septiembre de 1985 fue el primero en marcar esta fecha de manera trágica, con una magnitud de 8.1 y un epicentro en las costas de Michoacán. Afectó gravemente al centro y sur del país, especialmente a la Ciudad de México, causando más de 6,000 muertes y miles de edificios destruidos. Un día después, el 20 de septiembre, un nuevo temblor de magnitud 7.6 agravó los daños estructurales ya causados por el primer evento.
32 años más tarde, en 2017, un terremoto de magnitud 7.1 sacudió nuevamente el centro del país. Este sismo, que ocurrió a las 13:14 horas, afectó gravemente a la Ciudad de México, Puebla y Morelos, con un saldo de 369 muertos y cientos de edificaciones colapsadas. Curiosamente, el 7 de septiembre de ese mismo año, otro sismo de magnitud 8.2 golpeó Oaxaca y Chiapas, siendo el más fuerte registrado en México en el último siglo.
El 19 de septiembre de 2022, exactamente cinco años después del terremoto de 2017 y 37 años después del sismo de 1985, otro sismo de magnitud 7.7 sacudió México a las 13:05 hrs. Con epicentro frente a la costa de Coalcomán, Michoacán, este temblor se sintió en varios estados del país, desde la Ciudad de México hasta Chihuahua.
Tres coincidencias que se sintieron como un atentado muy bien planeado, como disparos dirigidos por pistoleros contratados para que ninguna persona saliera ilesa de esta ejecución.
A pesar de la percepción popular de que septiembre es el mes de los sismos, los registros del Servicio Sismológico Nacional (SSN), recopilados durante más de 111 años, desmienten esta creencia. Si bien los eventos de 1985, 2017 y 2022 han quedado grabados en la memoria colectiva, los datos muestran que la actividad sísmica no está concentrada en este mes en particular. Los expertos coinciden en que los terremotos no pueden predecirse y que no siguen patrones estacionales.
Se nos olvida que México es un país altamente sísmico; más de 15 mil sismos ocurren durante un año, lo que significa que al día el piso se mueve bajo nuestros pies más de 40 veces. La mayoría de estos movimientos son menores a magnitud 4, por lo que nosotros no los sentimos y sólo son detectados por la instrumentación sísmica, pero eso no significa que no esté temblando cada día.
Ésta es la consecuencia de estar ubicados entre cinco placas tectónicas: la del Caribe, la del Pacífico, la de Norteamérica, la Rivera y la de Cocos. Los sismos que mayormente nos afectan se dan por la interacción entre las últimas tres, por lo que se genera una zona de subducción (lugar en donde las placas de Rivera y de Cocos se deslizan por debajo de la Norteamericana) que abarca los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas
Los sismos del 19 de septiembre son una coincidencia histórica que nos invita a estar preparados, solo eso, a estar ciertos que en cualquier momento la naturaleza nos pone en una posición vulnerable y solo nos queda aprender, pues aunque no podemos predecir cuándo ocurrirá el próximo terremoto, sí podemos estar preparados. La experiencia de los sismos del 19 de septiembre nos recuerda la importancia de contar con un Plan familiar de protección civil, así como con una mochila de emergencia. Estas medidas, junto con la participación en simulacros, pueden marcar la diferencia entre la seguridad y el riesgo durante un sismo.
Es esencial que todas las construcciones cumplan con los reglamentos de resistencia sísmica y que se revisen periódicamente en busca de daños estructurales. Además, es vital mantener la calma y actuar de manera informada durante un sismo, siguiendo las recomendaciones de las autoridades de Protección Civil.
Hay un poema que cada vez que lo escucho me hace estremecer. Para muchos, la manera correcta de poner en palabras lo que sentían, para otros, un oportunismo. Sea como fuere, Juan Villoro imprimió en esas palabras lo que vivió a partir del 19 de septiembre del 2017 en la Ciudad de México. La publicación, hecha el 22 de septiembre en la sección de opinión del periódico Reforma, fue un revuelo en las redes sociales. Por odiado o por amado, pero movió a miles de mexicanos…
Puño en alto
Juan Villoro
Eres del lugar donde recoges la basura.
Donde dos rayos caen en el mismo sitio.
Porque viste el primero, esperas el segundo.
Y aquí sigues.
Donde la tierra se abre y la gente se junta.
Otra vez llegaste tarde: estás vivo por impuntual,
por no asistir a la cita
que a las 13:14 te había dado la muerte,
treinta y dos años después de la otra cita,
a la que tampoco llegaste a tiempo.
Eres la víctima omitida.
El edificio se cimbró y no viste pasar la vida ante tus ojos,
como sucede en las películas.
Te dolió una parte del cuerpo que no sabías que existía:
a piel de la memoria, que no traía escenas de tu vida,
sino del animal que oye crujir a la materia.
También el agua recordó lo que fue cuando era dueña de este sitio.
Tembló en los ríos.
Tembló en las casas que inventamos en los ríos.
Recogiste los libros de otro tiempo,
el que fuiste hace mucho ante esas páginas.
Llovió sobre mojado después de las fiestas de la patria,
Más cercanas al jolgorio que a la grandeza.
¿Queda cupo para los héroes en septiembre?
Tienes miedo. Tienes el valor de tener miedo.
No sabes qué hacer, pero haces algo.
No fundaste la ciudad ni la defendiste de invasores.
Eres, si acaso, un pordiosero de la historia.
El que recoge desperdicios después de la tragedia.
El que acomoda ladrillos, junta piedras, encuentra un peine,
dos zapatos que no hacen juego, una cartera con fotografías.
El que ordena partes sueltas, trozos de trozos, restos, sólo restos.
Lo que cabe en las manos.
El que no tiene guantes.
El que reparte agua.
El que regala sus medicinas porque ya se curó de espanto.
El que vio la luna y soñó cosas raras, pero no supo interpretarlas.
El que oyó maullar a su gato media hora antes y sólo lo entendió con la primera sacudida,
cuando el agua salía del excusado.
El que rezó en una lengua extraña porque olvidó cómo se reza.
El que recordó quién estaba en qué lugar.
El que fue por sus hijos a la escuela.
El que pensó en los que tenían hijos en la escuela.
El que se quedó sin pila.
El que salió a la calle a ofrecer su celular.
El que entró a robar a un comercio abandonado y se arrepintió en un centro de acopio.
El que supo que salía sobrando.
El que estuvo despierto para que los demás durmieran.
El que es de aquí.
El que acaba de llegar y ya es de aquí.
El que dice «ciudad» por decir tú y yo y Pedro y Marta y Francisco y Guadalupe.
El que lleva dos días sin luz ni agua.
El que todavía respira.
El que levantó un puño para pedir silencio.
Los que le hicieron caso.
Los que levantaron el puño.
Los que levantaron el puño para escuchar si alguien vivía.
Los que levantaron el puño para escuchar si alguien vivía y
oyeron un murmullo.
Los que no dejan de escuchar.
El tema de la diversidad sexual ha sido manejado desde diferentes aristas, siempre es un tema polémico, con una historia que no debe perder de vista que todos los seres humanos somos distintos y tenemos la libertad de elegir, que el respeto y lo diverso deben ir de la mano y que manifestar preferencias es una decisión personal.
Muchos son los casos de violencia, de nota roja, de periódicos amarillistas que resaltan lo cruel que se vuelve la intolerancia, los disparos y los pistoleros que constantemente generan un atentado a quienes eligen caminos distintos, las autoridades que no hacen un recuento real de todos los ataques que sufre la comunidad LGBTQ+ y están presentes en cualquier plaza del mundo.
En junio es la conmemoración, aquí el artículo donde con detalle abordé esos orígenes: Polémico, siempre polémico
Pero justo a un mes de esta fecha ya icónica, hoy el tema se vuelve multicolor, sabes ¿Cuándo nació el popular arcoíris LGTBIQ+?
El origen del símbolo que representa al movimiento por los derechos de la comunidad LGTBIQ+ no se remonta, al contrario de lo que se pueda pensar, a 1969, sino a casi diez años más tarde. Según narran diversas fuentes, en 1978 el primer funcionario abiertamente homosexual en Estados Unidos, Harvey Milk, sugirió al artista Gilbert Baker crear un icono de orgullo para el colectivo.
Tras el encargo, Baker pensó que, del mismo modo que muchos ondean una bandera nacional con el fin de mostrar al mundo el orgullo por sus orígenes, este elemento podría encajar con la misma misión para los gays, lesbianas, bisexuales y trans, «porque es una forma de proclamar tu visibilidad o decir: ‘¡Esto es lo que soy!'», dijo en una entrevista.
La idea del arcoíris surgió de manera espontánea, disparo de la creatividad del artista y que respondió a la intención de asociar la diversidad sexual a la naturaleza. Así, cosió ocho franjas de tela en posición horizontal, cada una de ellas de un color: el rosa, para representar el sexo, el rojo para la vida, el naranja para la curación, el amarillo para el sol, el verde para la naturaleza, el turquesa para el arte, el índigo para la armonía y finalmente, el violeta para el espíritu.
Ese mismo año, los primeros ejemplares de la bandera se vieron en la manifestación del 25 de junio en San Francisco, para el desfile del Día de la Libertad Gay. Y en vista del éxito que tuvo, el artista decidió comenzar a producirla a gran escala, tuvo el ojo de empresario. No obstante, una serie de problemas en la fabricación obligó a suprimir dos franjas de color de la bandera (la rosa y la turquesa) y a reemplazar el índigo por un azul tradicional, dando lugar a la bandera LGTBIQ+ de seis rayas que hoy ondea en las celebraciones.
La bandera diseñada por Gilbert Baker fue rápidamente adoptada por la comunidad, aunque hubo que esperar hasta 1994 para que se estableciese como símbolo oficial del orgullo LGTBIQ+.
Desde entonces, eso sí, ha dado la vuelta al mundo: hoy ya no solo la vemos colgada de las puertas de ese bar donde todo comenzó, sino también izada en muchos edificios municipales alrededor del mundo durante junio, el mes del Orgullo.
Asimismo, la mayor conciencia actual sobre diversidad sexual e identidades de género ha llevado a la creación de nuevas versiones del símbolo original. Por ejemplo, en 1990, la activista Monica Helms diseñó la Bandera Transgénero, que está formada por cinco franjas horizontales de color rosa, blanco y azul claro y que generalmente se utiliza en compañía de la bandera tradicional, la del arcoíris.
En 2017, por su parte, el diseñador Daniel Quasar creó una versión todavía más actualizada que incluía a las personas queer de color y a las personas transgénero: es decir, esta última es la bandera que más diversidades contempla, y por eso ahora es utilizada ampliamente en manifestaciones y en actos públicos.
Por suerte, no solo las banderas han cambiado en el contexto de la lucha por los derechos de las personas LGTBIQ+. Al contrario que en la década de los sesenta, hoy, según los últimos datos de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), son 132 de 193 los países que no penalizan los actos sexuales consentidos entre personas del mismo sexo.
Eso sí, mientras siga habiendo uno solo que lo continúe haciendo, en lo público o en privado, el Orgullo y su bandera seguirán saliendo a la calle cada 28 de junio.
Hablar de Cancún es hablar de uno de los lugares más hermosos no solo de México, si no del mundo.
De acuerdo con el gobierno mexicano, después de la conquista española, la isla Cancuén o Punta Kancune, fue registrada por primera vez en 1776 por el cartógrafo español Juan de Dios Gónzalez. Hoy en día, Cancún es uno de los destinos turísticos más importantes en México y con mayor impacto económico a nivel mundial; por ello, fue uno de los lugares con los primeros hoteles formados en conjunto con empresarios y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.
«La costa estaba compuesta de pantanos, manglares, selva virgen y playas inexploradas. Incluso su nombre no estaba claro: algunos mapas lo llamaban ‘Kankun’ -una sola palabra escrita con las dos ‘k’-, que significa ‘olla de serpientes’ o ‘nido de serpientes’ en maya», explica «Caribe Mexicano Travel».
Hasta 1970 solo contaba con unos cuantos residentes temporales y, a partir de ahí, ha tenido un importantísimo crecimiento poblacional, hasta llegar a casi un millón de habitantes y una zona hotelera relevante a nivel mundial.
Esta zona hotelera se realizó con base en el «Proyecto Cancún», el cual se aprobó en 1969 y comenzó hasta enero de 1970. Dos años después, se colocó la primera piedra del Hotel Bojórquez, el primer hotel en Cancún y la Riviera Maya. Posteriormente, en 1974 abrió Playa Blanca y Cancún Caribe. Don Alberto Bojórquez fue un emprendedor, empresario, comerciante de perfumes y condimentos típicos de Yucatán que inició hace más de 50 años con un hotel de 24 habitaciones frente a la playa.
Este empresario fue el primero en invertir en Cancún, comprando 200 metros cuadrados donde construyó su hotel, vendía tours a bahías y playas con sus Agencias Bojórquez.
En 1973 se inauguró el aeropuerto internacional de Cancún, con una pista en lo que hoy es la avenida Kabah y una torre de control hecha a base de palos y palma. Lo cual fue un plus para comenzar a reactivar la economía hotelera en el lugar.
Para 1975, la oferta hotelera de Cancún creció hasta 1,322 cuartos. Hoteles de marcas como Camino Real y Presidente comenzaron a operar. Apenas tres años después de su creación, Cancún ya contaba con 30 hoteles y cerca de 2,500 habitaciones. Las autoridades del gobierno mexicano, en conjunto con la iniciativa privada, habían hecho un gran acierto al impulsar el desarrollo de esta ciudad turística. Para 1984, el número de hoteles creció a 57 y más de seis mil habitaciones. Esta tendencia de crecimiento en la infraestructura hotelera no ha parado aún habiendo enfrentado algunos huracanes importantes, como Gilberto en 1998. Basta decir que para 2019, el número de cuartos en Cancún rondaba los 36,000.
A sus 50 años, Cancún cuenta con una infraestructura de casi 36 mil cuartos de hotel de distintas categorías y más de 70 mil metros cuadrados de espacio disponible para congresos y convenciones. Además, otras empresas extranjeras han invertido en la zona, como Marriott, Hyatt, Riu, Oasis, Meliá.
En resumen, Cancún, fue un proyecto que surgió para impulsar el desarrollo turístico y económico de una de las zonas más bellas en el país: el Caribe Mexicano. A su vez, esto permitió que Quintana Roo, previamente un territorio de Yucatán, pudiera irse fortaleciendo y consolidarse como un estado.
Este paradisiaco lugar cuenta con la segunda oferta más grande hoteles en la costa de la Riviera Maya. Actualmente, son poco más de 100 hoteles los que se han desarrollado en Cancún y conforme a su ubicación, podríamos clasificar en tres rubros:
- Hoteles en Zona hotelera.
- Hoteles en Playa Mujeres.
- Hoteles en la Ciudad.
La zona hotelera es donde todo el desarrollo turístico comenzó. Es una franja de terreno que colinda con el mar por un lado y con la Laguna Nichupté, por el otro. Se extiende por cerca de 23 kilómetros, mismo que son recorridos por el famoso boulevard Kukulcán. Una curiosidad es que, desde la vista aérea, el terreno de la zona hotelera forma un siete “7” casi perfecto. Las puntas del “7” son los dos accesos a esta zona que conecta con el centro de la Ciudad de Cancún y el camino al Aeropuerto.
Aquí se encuentran establecidos poco más de 60 hoteles. La gran mayoría cuenta con accesos directos desde el Boulevard Kukulcán y también con accesos a la playa. En cuanto a categoría se refiere, los hoteles establecidos en esta zona cuentan con tres estrellas por lo menos, aunque es más común encontrar de cuatro o cinco estrellas.
Desde el punto de vista geográfico, el centro de la zona hotelera podría estar ubicado en el centro comercial «Forum by the Sea», justo ahí es donde se ubican los principales clubs-discotecas y donde suelen converger turistas de todos los hoteles de Cancún. De esta manera, podríamos dividir la zona hotelera en dos secciones.
Zona hotelera A: Centro de la Ciudad (Av. Bonampak) a Forum by the Sea.
Zona hotelera B: Forum by the Sea a Punta Nizúc.
La zona hotelera A fue la primera en desarrollarse por lo cual existen algunos hoteles “antiguos”. Sin embargo, eso no quiere decir que la infraestructura de estos sea obsoleta. Las autoridades y empresarios de Cancún se encargan de mantener estándares altos de calidad para asegurar que todos los turistas sean acogidos por el destino sin importar donde decidan alojarse.
Una de las ventajas de hospedarse en los hoteles de esta sección es que el acceso a la ciudad de Cancún es más rápido, por lo tanto, también la distancia hacia Puerto Juárez y el embarcadero a Isla Mujeres es menor. Además, el oleaje del mar suele ser mucho más relajado en esta zona pues goza de la barrera natural que forma Isla Mujeres. Entre algunos de los hoteles presentes en esta área están:
- Occidental Costa Cancún Hotel.
- Aquamarina Beach Hotel.
- Gran Oasis.
- Riu Caribe.
- Hotel Riu Palace Península
- Presidente Intercontinental Cancun Resort.
- Hotel Grand Fiesta Americana.
- Hyatt Ziva Cancún
La zona hotelera B ha ido desarrollándose conforme a la expansión hotelera en Cancún en las últimas dos décadas. En esta área hay alrededor de 35 hoteles y también está ubicado el centro comercial más grande de Cancún: La Isla. En este mall se encuentran diversas tiendas de diseñador, un acuario, restaurantes y un cine. Así que su cercanía representa una ventaja para los que se hospedan en esta franja de la zona hotelera y desean hacer compras. La distancia al aeropuerto de Cancún es otra ventaja pues la conexión es mucho más directa hacia esta zona al evitar que los vehículos ingresen a la ciudad. Por otro lado, las playas de esta área dan directamente al mar abierto, así que es más frecuente encontrar un mar más agitado. Entre los hoteles en esta área están:
- Hotel NYX Cancún.
- Westin Lagunamar Ocean Resort.
- Live Aqua Beach Resort.
- The Ritz Carlton Cancun.
- Paradisus Cancun.
- JW Marriott Cancun Resort & Spa.
- Hoteles Emporio Cancún.
- BSEA Cancun Plaza Hotel
Además de todos los desarrollos hoteleros, la zona hotelera de Cancún cuenta con una gran cantidad de restaurantes y bares, tiendas de conveniencia, tiendas de diseñador, tiendas de artesanías, agencias de tours y actividades, agencias de viajes, playas públicas y hasta museos. A su vez, en algunas partes los hoteles también se mezclan con desarrollos residenciales.
La diversidad de hoteles no solo radica en estilos arquitectónicos o su ubicación en ciertas zonas, si no en la modalidad de servicio que presenta. En Cancún se han establecido dos tipos principales:
- Todo incluido
- Plan Europeo
El «todo incluido», como su nombre lo indica, es aquella modalidad de servicio en la que al pagar por el alojamiento también se adquiere el servicio de alimentos (desayuno, comida, cena, snacks), así como las bebidas, tanto regulares como alcohólicas. Esta modalidad ha ganado mucha popularidad en Cancún en la última década. De hecho, fue factor clave para que el destino se popularizara exponencialmente tanto a nivel nacional como internacional. El plan europeo se refiere al alojamiento más sencillo e incluye únicamente el hospedaje en la habitación del hotel.
Es importante también tomar en cuenta para la elección del hotel la edad mínima de los huéspedes. Algunos hoteles especifican que son solo para adultos. Así que, si la intención es hacer un viaje familiar con niños o adolescentes, hay que revisar que el hotel no tenga este tipo de restricciones.
Así mismo, considerar la limpieza de playas en temporada de sargazo. En los últimos años, la presencia de sargazo ha aumentado en las costas de Cancún y la Riviera Maya. Así que es pertinente revisar que acciones toman los hoteles para mantener la playa suficientemente despejada del alga.
Sea la modalidad que sea, en el hotel de tu elección, Cancún siempre te dejará con un gran sabor de boca, es un paraíso del caribe mexicano que deja una huella de gran calibre en quien lo visita.